Ya me han llegado varias consultas (y alguna «fake new») sobre la famosa hepatitis que ha saltado a los medios de comunicación, como siempre tan tranquilizadores e informados en materia de salud (modo ironía «on»).
¿Qué sabemos?
Si queréis acceder a toda la información, os dejo aquí los enlaces de la Asociación Española de Pediatría: https://www.aeped.es/noticias/aumento-casos-hepatitis-aguda-etiologia-desconocida-en-ninos-en-reino-unido
Y de la web del Gobierno del Reino Unido: https://www.gov.uk/government/news/increase-in-hepatitis-liver-inflammation-cases-in-children-under-investigation
Lo que sabemos es más bien poco. Ha habido un incremento de hepatitis en niños y niñas pequeños, la mayoría entre los 2 y los 5 años, en general en menores de 10 años, tanto en Reino Unido como en Irlanda. Se han detectado casos en España y en Atlanta (EEUU), y parece que también en Holanda y Bélgica, aunque éstos aún están en estudio.
1.- No está producida por ninguno de los virus de hepatitis conocidos: Es una hepatitis rara, puesto que no se ha encontrado ninguno de los virus que producen hepatitis de forma habitual en ninguno de los afectados (ni virus A, ni B, ni C, ni D, ni E). Tampoco parece que haya ningún tóxico o medicamento común a todos los casos.
2.- No se asocia con la vacunación del coronavirus: Ninguno de los niños de Reino Unido, y tampoco los tres niños españoles, están vacunados del coronavirus. Es cierto que la vacuna del coronavirus se ha asociado a hepatitis autoinmunes en algunos casos, pero en éste caso, no tiene que ver con la vacuna.
3.- Tampoco se asocia con una infección actual por el coronavirus: Algunos niños han dado positivo a la prueba de antígenos, pero no la mayoría.
4.- La evolución en general es hacia la curación espontánea: En algunos casos la destrucción hepática ha sido grave y ha precisado trasplante, pero son los menos. Los niños trasplantados están evolucionando también favorablemente.
5.- Hay varias hipótesis que no están descartadas, que se encuentre algún tóxico común, que se encuentre algún medicamento que se haya consumido en las últimas semanas que haya podido producir la reacción, que la hepatitis sea causada por algún virus estacional. En éste caso, el candidato más probable es el adenovirus, que se ha aislado en muchos de los casos, y que en casos raros puede provocar hepatitis. Pero como digo, todo eso son hipótesis todavía.
¿Y cómo sé si le está pasando a mi hija/o?
Los síntomas son los típicos de las hepatitis: Dolor abdominal, vómitos e ictericia (coloración amarillenta en mucosas, especialmente en la conjuntiva ocular, lo que vulgarmente llamamos «lo blanco de los ojos»). Prácticamente todas han sido detectadas en el ingreso hospitalario, los niños y niñas que la padecen se ponen muy malitos.
Es decir, probablemente no tengáis dudas, no son criaturas que tienen dos vómitos y ya, no tienen un dolor abdominal que se pasa con un masaje. La clave sería sobre todo la ictericia, el color amarillo. También os puede dar una pista la orina más oscura, de un color parecido a la coca-cola.
¿Qué no sabemos?
1.- Desconocemos qué cosas hacen que las criaturas evolucionen mejor o peor, es decir, por ahora no hay manera de saber qué niños o niñas van a evolucionar bien, o cuáles precisarán trasplante, por eso ante cualquier sospecha se van a quedar ingresados, y por eso la alarma de la OMS, para que los médicos estemos atentos a los síntomas típicos y hagamos analíticas para confirmar o descartar el aumento de transaminasas en los niños con esos síntomas (las transaminasas son unas enzimas hepáticas que aumentan cuando hay daño hepático).
2.- Desconocemos qué lo puede causar, sólo sabemos que es algo raro (se ha dado en pocas criaturas) y que en general está teniendo buena evolución.
3.- Desconocemos el tratamiento más adecuado, por ahora se están dando medidas de soporte (hidratación, nutrición) y poco más, no hay un tratamiento específico porque no sabemos qué lo causa.
Básicamente lo que quiero transmitiros es que es una enfermedad rara, que no hay nada que podáis hacer para evitarla, salvo las medidas lógicas de higiene y sentido común: lavarse las manos antes de comer, evitar tóxicos, no dar medicación que no haya sido prescrita por un médico, no dar ningún «jarabe natural» que no haya sido aconsejado por un médico o farmacéutico…
Y sobre todo, que lo más frecuente es lo más probable, que si un peque empieza con vómitos, es más probable que tenga una gastroenteritis que una hepatitis tan rara como la que nos ocupa, y que hay que seguir haciendo la vida de forma habitual, porque la probabilidad de enfermar de ésta hepatitis en éstos momentos es mínima.