Hace unos días me encontré con uno de mis profesores del curso de coaching emocional que hice hace unos años. A raíz de ese encuentro surge esta «entrada a cuatro manos» que hemos escrito juntos para su blog, y que os copio aquí. Espero que os guste tanto como a mí.
La doula: Un coach emocional del embarazo, parto y puerperio
Entrada elaborada a la par con Teresa Escudero, médico de familia, doula y coach emocional. He decidido mantener la primera persona con la que me ha enviado sus anotaciones e ideas.

Resumen: Doula viene del griego: la esclava que atendía a las mujeres en los partos. El simple acompañamiento de una doula, reduce la necesidad de analgesia en el parto, disminuye las complicaciones y la medicalización. Acompaña en el viaje emocional y de sensibilidad que supone el embarazo. La doula puede servir de canal de comunicación en la pareja. Recuperar el espacio del hombre en el nacimiento del hijo: la paternidad. Las herramientas del coaching emocional, son un plus para cualquier doula.
Hoy en día, si no sabes lo que significa una palabra, la buscas en la Wikipedia. Allí se define a las doulas como: «una asistente sin titulación oficial que proporciona información, apoyo físico y emocional a las mujeres durante el embarazo, el parto y el posparto».
Y supongo que es eso… y, desde luego, mucho más.
Doula viene del griego, y es el término que se utilizaba para designar a la esclava que atendía a las mujeres en los partos. En Grecia es un término peyorativo, por lo que allí prefieren llamarse asistentes de parto. Aquí tenemos los términos “comadrona” y “comadre”, que a mí personalmente me gustan porque apuntan en directo a lo que sucede entre la doula y la mujer embarazada. Con una comadre puedes reír y llorar, puedes compartir desde lo profundo y bromear, puedes quitarte las máscaras y ser tú misma.
Desde el punto de vista científico, se ha demostrado que el simple acompañamiento de una doula, reduce la necesidad de analgesia en el parto, disminuye las complicaciones y la medicalización del mismo, en resumen, le hace recuperar ese carácter natural que el parto tiene en la biología y las emociones femeninas. Sólo por esto ya merecería la pena que toda mujer embarazada pudiera beneficiarse del acompañamiento de una doula.
¿Por qué sucede esto? Pues sobre todo depende de la oxitocina. La oxitocina se ha dado en llamar la «hormona del amor», pero yo prefiero llamarla la «hormona de los orgasmos». Todo lo que tiene que ver con el placer está bañado en oxitocina, por supuesto los orgasmos sexuales, pero también el placer de tener una charla con buenas amigas, el placer de conversar y compartir con otras personas, el placer de amamantar… y el placer de dar a luz.
Sé que el último «placer» ha hecho removerse a más de una mujer en la silla. ¿Placer? ¿Pariendo? Pues sí, la hormona que nuestro cuerpo produce en todos estos casos es la misma, la oxitocina, así que realmente el parto, por naturaleza, está preparado para ser un proceso PLACENTERO.
Comprendo que en la sociedad actual a menudo no es así… por eso me parece necesaria la figura de la doula.
La doula favorece las emociones positivas en la mujer embarazada: La acompaña en el
viaje emocional y de sensibilidad que supone el embarazo, con todas las memorias que aparecen, los antiguos dolores de la infancia, del propio nacimiento de la mujer embarazada, la acompaña en los miedos al dolor y a la muerte, que son inherentes al parto. Ocasionalmente la doula resuelve dudas que no se atreve a consultar con los médicos, aunque nunca sustituya su consejo, sino que lo refuerza.

La doula acompaña durante el parto, ESTÁ, en el mejor sentido de la palabra. Está callada cuando la parturienta necesita silencio, da ánimos si es lo que se requiere, acaricia, acoge, canta, acuna… Cada doula ESTÁ a su manera, con su estilo, con su SER, su presencia.
La doula también vive el puerperio al lado de la nueva madre y de su pareja, acompaña en las primeras decisiones de crianza: Tipo de lactancia, creación del vínculo… en fin, acompaña también en el nacimiento de la nueva familia, pues con cada nuevo niño nace una nueva familia.
Aunque la doula se ha considerado una figura acompañante de la madre, quiero reivindicar también el acompañamiento de la pareja. Siento que en la nueva maternidad por venir, habrá que incluir mucho más a los padres de las criaturas. Siento que los hombres necesitan recuperar su espacio en la maternidad y que esta sea de nuevo un espacio de maternidad/paternidad, y creo que las doulas podemos ayudar a que eso ocurra. La doula puede servir de canal de comunicación en la pareja, en este momento en que tantas cosas están cambiando. De nuevo vuelvo a la biología, al cuerpo. Se ha comprobado que tanto el cerebro de las madres como el de los padres, cambia después del nacimiento de su hijo. Se crean nuevas conexiones y aprenden a funcionar de otra manera. Si fuera informática podría decir que de algún modo se pasa del «modo pareja» al «modo papá y mamá». Este cambio biológico proporciona las mejores condiciones para un trabajo emocional intenso y constructivo.
Creo que una doula que esté atenta a todos estos cambios, puede convertirse en coach emocional para la pareja durante el proceso del embarazo, parto y puerperio. Para mí, las herramientas del coaching emocional, con las que trabajo desde hace años, son un plus para cualquier doula. Precisamente la atención hacia la sensibilidad y las emociones de esta corriente del coaching, es lo que la convierte en tan adecuada a esta actividad, que también se basa en aceptar y seguir la sensibilidad y las emociones del cuerpo.
Ya se ve que me pongo en la línea de la necesidad de renovar todas nuestras ideas sobre el embarazo, el parto y la crianza. Desde luego las doulas van a ser uno de los agentes de ese cambio.
(cuadro: Dos mujeres. Víctor Manuel García. Propiedad Museo Nacional de Bellas Artes, La Habana)
http://antonioesquivias.wordpress.com/2013/01/31/la-doula-un-coach-emocional-del-embarazo-parto-y-puerperio/
1 comentario en “La doula como coach emocional”
Me comento a mí misma porque al parecer han surgido dudas sobre el uso que hago en este artículo de la palabra "comadrona".
Me gusta dejar claro siempre que una doula no es una matrona. Matrona es la palabra específica que se usa ahora en España para designar a una mujer formada en la atención sanitaria al parto normal.
Matrona también tiene otras acepciones: Madre de familia, mujer que cachea en las aduanas… pero ciertamente su acepción más utilizada en estos momentos es la de "mujer formada en la atención sanitaria al parto normal".
El término "comadrona", según el diccionario de la Real Academia, designa tanto a las matronas como a las mujeres no formadas que acompañan a otra mujer que está de parto. Es cierto que últimamente se ha equiparado el término "comadrona" con el término "matrona"… pero el diccionario dice lo que dice. Dejo aclarado que en ningún caso la doula es una matrona, que en ningún caso puede atender un parto sin un profesional sanitario que se haga responsable de la madre y del niño por nacer, que en ningún caso es comparable la formación de una doula con la de una matrona. Pero reivindico mi derecho a utilizar la palabra "comadre" con el significado de "mujer que acompaña a otra mujer de parto" (acompaña, por supuesto, no "asiste" desde el punto de vista sanitario). Quiero dejar claro que jamás he deseado ser matrona (si lo hubiera deseado habría estudiado para ello), que en mi formación de doula se especificaba claramente que NO eramos profesionales sanitarios y que NO podíamos tomar ninguna decisión sanitaria con respecto a la mujer de parto. También me gustaría decir que ninguna de las doulas que yo conozco desea ser matrona ni sustituir a una matrona en sus labores propias. Espero que con esto haya quedado claro. Yo pensaba que en el texto quedaba claro, pero al parecer no es así porque hay alguna matrona que se ha sentido tan ofendida como para amenazarme con denunciarme por utilizar el término "comadrona" para referirme a las mujeres que no tienen formación sanitaria específica. Cualquiera que revise el texto será consciente de que en ningún caso lo he hecho, he hablado del término "comadrona" como una palabra que me parece adecuada para definir la RELACIÓN EMOCIONAL que se establece entre una doula y la mujer a la que acompaña, pero me he quedado con el término "comadre", que me parece más adecuado. A pesar de eso, el caso es que "comadrona" tiene las dos acepciones en el diccionario, y una doula podría utilizar el término siempre que especifique que no tiene una formación sanitaria… A mí me sigue gustando más el término "comadre", pero al fin y al cabo no son más que discusiones semánticas. Dejo claro en esta entrada que UNA DOULA NO ES UNA MATRONA…. Ni pretende serlo.