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Mis razones para amamantar

Como últimamente parece que se hace viral hablar de «las talibanas de la teta» y defender desde un dudoso feminismo la leche de fórmula, siento que necesito escribir y aclarar mis ideas.
 Espero no ofender, hablo desde mi experiencia de amamantamiento, que ha sido preciosa, placentera y una de las mejores experiencias de mi vida.
 Entiendo que otras personas hablan desde otras experiencias terribles, que me duelen, pero una mala experiencia de lactancia no lo justifica todo.

Una mala experiencia de lactancia no justifica que se diga que «total la fórmula cada vez está más mejorada y no hay diferencias clave con la leche materna»:
 Simplemente porque es MENTIRA.

La leche es especie-específica, de eso saben mucho los biólogos y los veterinarios.
 No olvidemos que la fórmula surgió a principios del siglo pasado como MEDICAMENTO.

 Cuando la madre no tenía leche, las opciones para el bebé eran dos, ser criado por una nodriza (algo caro, al alcance sólo de los ricos), o tomar leche de otro animal, vaca, cabra u oveja.
Las criaturas que eran alimentadas con leche de otro animal prácticamente siempre enfermaban y muchas veces morían, así que se desarrolló una fórmula QUE NO HA CAMBIADO MUCHO EN LO ESENCIAL, a partir de leche de vaca.

Con la fórmula, las criaturas que no recibían leche materna empezaron a medrar, aún morían muchos y enfermaban, pero menos que con la leche «no formulada».
En los albores de la era industrial a alguien se le ocurrió que incorporar a las mujeres al mundo laboral podría ser una buena idea.
Yo creo que sobre todo porque se las podía convencer de hacer la misma cantidad de trabajo que los hombres por mucho menos dinero (ya se sabe, por eso de que somos «el sexo débil»)… pero ésta es mi teoría (ya saben, poco confiable, que una, al parecer, es una «talibana de la teta»)
 Y ahí la leche de fórmula empezó a ser la única opción para esas madres que pasaban 10 y 12 horas fuera de casa, ya que es IMPOSIBLE mantener una lactancia materna estando tantas horas separadas de sus criaturas.

Más adelante, se «vendió» la leche de fórmula como una «liberación» para la mujer.

OTRA MENTIRA: El 90% de los biberones que se preparan en el mundo los siguen preparando LAS MUJERES (ya sean las madres, ya sean las niñeras, ya sean las auxiliares de guardería o escuela infantil, que también son mayoritariamente mujeres)

Y los padres que se levantan a preparar biberones probablemente también se levantarían a limpiar los baños, hacer la comida, limpiar la casa, mientras la madre está amamantando a su bebé…

O quizá no, lo de preparar biberones es más fácil que lo demás, y la corresponsabilidad… bueno, me temo que aún estamos muy lejos de ella.

Ahora hay una tendencia a publicitar que no hay tantas diferencias entre la leche de fórmula y la materna… Y admito que quizá a nivel nutricional no, pero a nivel organoléptico (sabor, textura), inmunológico y adaptativo, las diferencias no sólo son enormes, sino que con la tecnología actual son ABSOLUTAMENTE INSALVABLES.

A través de la lactancia se establece una comunicación inmunológica entre madre y criatura: Cuando la criatura está enferma, su saliva se introduce en el pezón y el sistema inmunológico de la madre responde al virus o a la bacteria específica que está provocando la enfermedad.
 La madre produce inmunoglobulinas ESPECÍFICAS que transmite a través de la leche.
ESA CARACTERÍSTICA DE LA LECHE MATERNA,  ACTUALMENTE NO SE PUEDE REPRODUCIR.

Dicho esto, es cierto que hay mujeres que no pueden, o no quieren, amamantar. En ese caso, la leche de fórmula está cumpliendo con su cometido, que es dar una opción a estas madres y sus criaturas.
Creo que ninguna madre debería verse forzada ni a amamantar, ni a no hacerlo.

Toda madre debería poder elegir, PERO TENIENDO TODA LA INFORMACIÓN, no con una información sesgada e interesada.

Se habla de los lobbys «prolactancia» y de las «talibanas de la teta»… Igual hay algún lobby prolactancia en el mundo, pero sin ninguna duda, cuando tenemos enfrente a los lobbys farmacéuticos vendedores de leche de fórmula, estamos hablando de una lucha como poco desigual.

La lactancia materna beneficia a la madre, a su criatura, y al planeta (es la alternativa más ecológica y económica).

La lactancia artificial beneficia a las farmacéuticas, a muchos médicos contratados por éstas para promocionarla, a muchos políticos «untados» por las farmacéuticas para que no se implanten las medidas de defensa de la lactancia, a muchos empresarios que tendrán a las mujeres de vuelta antes en sus empresas…. Y sólo perjudica a las madres y a sus criaturas… Así que hagan ustedes la cuenta.

Y finalmente, más allá de los criterios médicos, más allá de la conciencia ecológica, más allá de la pura biología, las razones por las que yo he amamantado durante más de 4 años a mi hijo son:

1.- PURO PLACER: Me encantaba la sensación cuando Miguel se enganchaba a la teta. Considero la lactancia como una parte de mi sexualidad, y también de la de mi hijo, y me alegra haberla podido disfrutar.
Comprendo que muchas mujeres sienten otras cosas cuando sus criaturas maman. Se sienten mal, agitadas, aparecen pensamientos oscuros y a veces «flash backs» de abusos.
Yo tuve la suerte de haber hecho un trabajo corporal intenso tanto antes de quedarme embarazada como durante el embarazo, y sé que el haber podido vivir la lactancia con placer se debe en parte a este trabajo psicoterapéutico.
 La lactancia tiene que ser PLACENTERA, para la madre y para la criatura. Si no se cumple esto, no tiene sentido. Como siempre he defendido, y voy a seguir defendiendo, prefiero una madre que dé un biberón amorosamente a otra que dé la teta con rabia, dolor y malestar.

2.- CONEXIÓN Y VÍNCULO: El amamantar me ha facilitado vincularme con mi hijo, comprender mejor sus necesidades, conectar mejor tanto a nivel físico como psicológico.
 Hay multitud de estudios que demuestran esto, pero en mi experiencia ha sido algo tan positivo y tan claro que necesitaba expresarlo tal cual.

3.- TRANQUILIDAD: El primer año de cole fue muy duro, Miguel pasó por todas las «itis» y alguna más (Otitis, faringitis, amigdalitis, gastroenteritis), incluso tuvo una neumonía.
En todas esas enfermedades dejaba radicalmente de comer… sólido, porque la teta siempre la quiso. La tranquilidad de saber que mi hijo enfermo estaba alimentado, hidratado, y que mi sistema inmunológico luchaba junto al suyo durante cada una de esas enfermedades… Es simplemente impagable.

4.- (pero no la menos importante) POR QUE ME DIO LA GANA: Porque más allá de las presiones de la industria, de las presiones de un feminismo mal entendido, de las presiones de amig@s y familiares («¿no es ya muy mayor?»)… YO SOY LA DUEÑA DE MIS TETAS, y elijo cuándo, cómo y con quién compartirlas.

Como madre, como médica, como mujer comprometida con mi planeta, y especialmente como feminista, hago una defensa apasionada de la lactancia materna…
Pero como madre, como médica, como mujer, y especialmente como feminista, SIEMPRE, SIEMPRE, SIEMPRE, lo más importante para mí ha sido, es y será RESPETAR LOS DESEOS DE CADA MADRE, y acompañarla lo mejor posible en la decisión que tome.

2 comentarios en “Mis razones para amamantar”

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