O de cómo el sentido común puede ser el menos común de los sentidos…
El año pasado ya tuve el privilegio de asistir a un curso con Nils Bergman en el Colegio de Médicos, y os hice un resumen en mi artículo:http://nacerlactaramar.blogspot.com.es/2014/02/cuidados-del-neonato-basados-en-la.html
El poder disfrutar nuevamente este año, en la estupenda formación en psicología perinatal organizada por Terra Mater, de la presencia humilde, sencilla y humana de Nils, me hace recordar una vez más los planteamientos que él hace, desde la medicina basada en la mejor de las evidencias científicas… y desde el sentido común. Por desgracia, como dice mi madre, a menudo el sentido común es el menos común de los sentidos.
El sentido común nos dice que somos primates sociales, y como todos los primates sociales necesitamos interaccionar entre nosotros. Y los niños con más razón, ya que vienen del útero, un entorno en el que el contacto es constante. Mi abuela, cuando un niño lloraba, siempre decía: “Que alguien coja a ese niño”.
Las abuelas sabían. Un niño que llora lo primero que necesita es que le cojan. Por desgracia, muchas de las abuelas de ahora, a las que ya han “lavado el cerebro” con consejos inadecuados y seudociencia conductual, ya no tienen esa sabiduría ancestral. Muchas se han desconectado tanto que ya no dicen lo que les pide el cuerpo, ni cogen al niño… Igual que ellas fueron aleccionadas por médicos y psicólogos sin ningún tipo de evidencia científica que les respaldara, ellas aleccionan a sus hijas y nueras: “No lo cojas, que se acostumbra”
¿Y qué nos dice la evidencia? Que un bebé llora mucho menos cuando está en brazos de su madre que cuando está en la cuna. Que un bebé en el regazo de su madre regula mejor su temperatura, su glucemia, su sistema inmunológico, su frecuencia cardíaca, su frecuencia respiratoria, sus ciclos de sueño… NO HAY NI UN SOLO PARÁMETRO BIOLÓGICO QUE MEJORE CUANDO EL BEBÉ ESTÁ SEPARADO DE SU MADRE. Es decir, la separación desestabiliza al bebé… y a la mamá. No tiene sentido “esperar a que el bebé se estabilice” para ponerlo encima de su madre. Todo lo contrario, lo que nos dice la medicina basada en la evidencia es que cuanto antes lo ponemos encima de su madre, antes se estabiliza.
Las incubadoras se introdujeron antes de que se hicieran estudios randomizados, NO TENEMOS NINGUNA EVIDENCIA CIENTÍFICA DE QUE LA INCUBADORA SEA POSITIVA PARA EL BEBÉ. De hecho la evidencia que tenemos es que la separación de la madre puede provocar un estrés tóxico que puede condicionar la salud del bebé el resto de su vida. En cambio, sí que tenemos evidencias de que la unión piel con piel con la madre es tremendamente positiva para ambos. Aquí tenéis las referencias a distintos estudios que confirman lo que he comentado:
Bergman, Linley, Fawcus. RCT of Skin to Skin contact versus conventional incubator care for physiological stabilization in 1200 and 2199 gram newborns.
Acta paediatrica 2004 vol 93(6); 779-785
Shonkoff JP, Garner AS. The lifelong effects of early childhood adversity and toxic stress.
Pediatrics 2012 Jan;129(1):e232-e246.
El sentido común nos dice que un bebé y su madre han formado una pareja indivisible durante 9 meses… y que probablemente necesiten muchos meses más de “pareja” para que ambos puedan estar sanos y bien. Esto lo hemos comprobado en ratas, monos, y mamíferos varios… Pero parece ser que seguimos necesitando pruebas de que el bebé necesita a su madre y la madre a su bebé. Parece que aún tenemos que cambiar las instituciones para propiciar lo que nos dice el sentido común, que cuanto más cerca estén madre y bebé, y cuanto más tiempo pasen juntos, mejor estarán los dos.
Dice Stanley Graven, en su artículo de Junio de 2004 en Clinics in perinatology: “Es un error grave asumir que los principios derivados de los estudios en animales detallados, no se aplican a las criaturas humanas. El riesgo de supresión o perturbación de los procesos neuronales necesarios es muy importante y potencialmente afecta toda la vida”.
Tenemos investigación suficiente para declarar que el niño/a necesita a su madre y que la madre necesita a su niño/a, y es tarea de los gobiernos proporcionar a ambos un entorno y una protección para que se desarrollen todos esos procesos neuronales necesarios para que nuestra salud sea óptima. En el caso de que la madre no esté disponible, es fundamental buscar un cuidador que pueda desarrollar una relación íntima de apego y contacto con el niño, para mejorar su evolución futura.
Aquí os dejo referencias de lo que digo:
Shonkoff JP. Building a new biodevelopmental framework to guide the future of early
childhood policy. Child Dev 2010 Jan;81(1):357-67.
Robert White. Mother arms- the past and future locus of neonatal care? Clinics in Perinatology. June 2004. Vol 31(2). P 293.
Y, finalmente, el sentido común nos dice que si el niño necesita a su madre de día, probablemente la necesite aún más por la noche… Yo soy adulta y duermo mejor con mi marido que sin él. Como primates sociales que somos, nuestro cerebro espera que durmamos en compañía… Y evidentemente esta necesidad de compañía es mayor cuanto más pequeño es el niño. Pero nos empeñamos en fomentar un supuesto debate sobre dónde deben dormir los neonatos, y si deben o no “aprender” a dormir solos. Tenemos evidencia de sobra. Un neonato en cuna o incubadora hace ciclos de sueño más cortos y desorganizados que un neonato piel con piel con su madre. Punto. ¿Deben los neonatos dormir solos? ¡¡NO, ROTUNDAMENTE NO!!
Y por supuesto, aquí os dejo la referencia:
Biol Psychiatry. 2011 Nov 1;70(9):817-25. doi: 10.1016/j.biopsych.2011.06.018. Epub 2011 Jul 29.
Should neonates sleep alone?
Morgan BE1, Horn AR, Bergman NJ.
Agradecer de nuevo la oportunidad de aprender junto al doctor Bergman. Espero que estas reflexiones os sean útiles y os ayuden a elegir lo mejor para vuestros hijos, según la mejor de las evidencias científicas.