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La violencia que SÍ existe

Hoy quiero hablaros de una violencia que soportamos exclusivamente las mujeres. La violencia obstétrica. 

En 2014 la OMS emitió una declaración para la Prevención y erradicación de la falta de respeto y el maltrato durante la atención del parto en centros de salud. (Podéis verlo AQUI)

Aunque nuestra Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia niega categóricamente que exista semejante cosa, lo cierto es que no me canso de escuchar historias de terror, de mujeres cercanas y no tan cercanas, historias de embarazos y partos atendidos desde un lugar que como sanitaria no puedo entender.
 No puedo entender que se MALTRATE a una mujer, que se la cosifique, que se la infantilice, que no se le permita tomar decisiones sobre su cuerpo, que se la corte, se la pinche, y se le hagan mil y una perrerías, la mayoría sin ninguna evidencia científica, y algunas directamente en contra de toda evidencia científica (y de las recomendaciones de la OMS). ¡Y que todo eso lo hagamos los profesionales sanitarios! ¡Aquell@s que supuestamente estamos para cuidar y acompañar a las personas en sus procesos de salud y enfermedad!!

Me duele, como sanitaria, constatar que esta violencia no sólo existe, sino que es sistemática. Que muchas mujeres ni siquiera saben o comprenden que ESO QUE LES HAN HECHO ESTÁ MAL. Quiero compartir con vosotr@s un programa sobre violencia obstétrica realizado por una Blogger que se denomina a sí misma Barbijaputa, en el que podréis escuchar testimonios de muchas mujeres y profesionales sanitarios.
Deseo de todo corazón que esta información salga a la luz, que se comparta, que se difunda, que las mujeres ENTIENDAN que no las pueden tratar como a cachos de carne, no, cuando estás embarazada tampoco, con la «excusa» de que es para salvar la vida de tu hij@, tampoco.

Que los profesionales sanitarios nos demos cuenta de lo que SIENTEN las mujeres, que se nos CAIGA LA CARA DE VERGÜENZA, y aprendamos a ser más humildes, más empáticos y nos empeñemos más en estudiar y practicar nuestra profesión basándonos en la evidencia científica, y no en el «aquí siempre se ha hecho así».
Que aprendamos a mirar a la cara de la embarazada, de la parturienta, de su pareja, que comprendamos que el nacimiento es un momento ABSOLUTAMENTE SENSIBLE, IRREPETIBLE, lleno de belleza y fisiológicamente perfecto… Si somos capaces de crear las condiciones para que lo sea. Y LA CONDICION INDISPENSABLE ES QUE LA MUJER SE SIENTA SEGURA Y RESPETADA.
Que ninguna mujer tenga que sufrir lo que han sufrido (y siguen sufriendo) las mujeres que hablan en este programa. Ese es mi deseo. Os lo aviso, el programa es durísimo, así que si no os veis con ánimo, no lo escuchéis (pero compartidlo, ¡¡por favor!!)
Enlace:

https://www.eldiario.es/barbijaputa/RADIOJAPUTA-Violencia-obstetrica-violencia-existe_6_903669670.html

8 comentarios en “La violencia que SÍ existe”

  1. Sorpresa. El último testimonio soy yo. Lo peor me sentó es que pedí ver la placenta y me saltó: "¿para qué? Es muy pequeña". Qué cosas, tengo curiosidad en ver lo que sale de mi cuerpo y ha alimentado a mi hijo durante 9 meses. ¿A un paciente hombre le dirá si la tiene pequeña o grande?

  2. Dios, lo del tamaño de la placenta sí que es de risa, si no fuera tan triste!! De sorpresa nada, reconocí perfectamente tu voz y tu relato de parto. Pues eso, a seguir visibilizando la violencia obstétrica y a compartir el podcast!! Un achuchón, preciosa.

  3. Gracias, Teresa. Es verdaderamente emocionante. El testimonio de la mujer cuya menor secuela es la rotura de dos costillas me ha hecho llorar. Aunque mi parto (en Torrejón [Madrid]) se complicó al final, me sentí bastante respetada.
    Pero sí considero que he sufrido violencia obstétrica en mis dos abortos posteriores, que afronté con manejo expectante. Esa sensación de desinformación deliberada y de trato condescendiente… La primera vez lo pasé muy mal y esquivé el legrado que me planteaban como única opción para acabar induciendo en casa la expulsión por recomendación de una facultativa. En el segundo aborto, cuando tras negarme a someterme a un legrado, volvía a urgencias con dudas y preocupación (no me daban otra vía de consulta) me decían cosas como "Con lo grande que es y el tiempo que ha pasado, esto no vas a poder expulsarlo sola" o "¿Acaso quieres ser del 1% (de las mujeres que llevan a buen término un manejo expectante)" o "Aquí no vuelvas si no cambias de actitud" y no me resolvían mis inquietudes. Hasta que, a la tercera visita, tras explorarme un ginecólogo, su auxiliar o mir y un celador, el médico me dijo "A ver: si salir salir, acabará saliendo… Solo en algunos casos la hemorragia puede ser peligrosa". A partir de ahí, me relajé y una semana más tarde parí los restos en casa sin química de por medio, junto a mi pareja y mi hija de cuatro años. Sin problemas posteriores y con mucha paz. No hay derecho a que te hagan sentir que no puedes tener criterio ni capacidad de decisión sobre tu cuerpo, y a que se arroguen el derecho de robarte tu intimidad y la conexión con tus propios ritmos.

  4. Sin ninguna duda, Marta, lo que cuentas es violencia verbal, y es denunciable. Qué vergüenza y cómo lo siento. Yo también parí en Torrejón, y el respeto me lo gané yendo un poco "a lo destroy", con un plan de parto cañero (que copié de Lorena Moncholi, eternamente agradecida, Lorena), y con advertencia de ginecóloga de por medio (que me pasaba de las 41 semanas y ya era peligrosísimo todo…). Como bien dices, no hay derecho a que te hagan sentir como una niña tonta sin criterio ni capacidad de decisión sobre tu cuerpo… ¡Ay, cuántas cosas tenemos que cambiar!! Y las cambiaremos, seguro, como dice mi admirada Margaret Mead, cuya cita tengo aquí en el blog para seguirme inspirando. Un abrazo de corazón, y te pido perdón en nombre de los compañeros que no son capaces de aceptar a una paciente informada y empoderada. ¡Gracias por escribir aquí tu testimonio y contar tu dolor, seguro que ayudas a otras mujeres en tu situación!!

  5. Sorpresa para mí que eligieran mi testimonio cuando sólo fue violencia verbal y por parte de una sola profesional. El resto de sanitarios nos trataron con mucho respeto y cariño. Los dos primeros testimonios son muy duros. Es desgarrador lo que vivieron, cicatrices en el alma y en el cuerpo. A seguir luchando para que cada vez haya más conciencia y nadie sufra algo parecido.

  6. Supongo que en el tuyo queda claro que los informes muchas veces no reflejan la realidad (lo de las vueltas de cordón que el padre del niño no ve es tan evidente…), y otras veces la tergiversan intencionadamente. Por lo que yo sé, han sido inundados de testimonios y han escogido cada uno por un aspecto concreto de lo que querían hablar…

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